Así se pasó la mañana del domingo en Parque Fidiana: conociendo a otras vecinas y vecinos del barrio. Los árboles y arbustos que muchas veces ni vemos porque nos hemos acostumbrado a que estén ahí, pero también porque no siempre tenemos la capacidad de distinguir unos de otros. Reconocer su particularidades es una forma de integrar la idea de que convivimos con estas plantas. Además, todas tienen una gran historia que contarnos.

Desde las 11.30 hasta las 13.00 estuvimos paseando por Parque Fidiana. Comenzamos en la calle Minerva, recorrimos el parque hasta la calle Olimpo. Poco a poco nos fuimos moviendo hasta los Jardines de la Memoria y, por último y como colofón, terminamos en la Plaza de las Artes.

En tan breve recorrido y sin pararnos a observar ni siquiera todos los árboles y arbustos del camino, pudimos ver ¡más de 20 especies diferentes! Y eso que ni siquiera nos pusimos con las plantas más pequeñas, que no son pocas.

Y estos vecinos de Parque Fidiana, a través de las monitoras de la ruta, nos contaron muchas cosas interesantes: desde su propia Historia (leyendas, lugares de origen…) hasta sus características (color, forma y textura de hojas y tronco, olores…), pasando por algunas anécdotas y propiedades medicinales o posibles usos para consumo humano.

Resulta curioso fijarse en los colores y tonos de hojas y troncos. También en sus texturas. Quizá no consigamos aprendernos todos los nombres, pero sí podemos aprender a diferenciar las especies. Y eso, siempre, es un aprendizaje interesante que, además, puede hacer mucho más entretenidos nuestros paseos por el parque o el campo.

En el camino se cruzaron aliguestres, arces negundo, almezos, olivos, braquiquitos, casuarinas, palmeras, adelfas, olivos, ciruelos de Japón, árboles del amor, tipueanas, catalpas, falsos pimenteros, jacarandas, algarrobos…

Cada uno con una historia propia. Por ejemplo, resulta que el algarrobo es el que dio origen al “quilate”, pues sus semillas, muy homogéneas en tamaño y peso, se utilizaban para pesar metales nobles, perlas, diamantes…

También son muchos los que, desde muy antiguo, tuvieron un simbolismo sagrado o relaciones “directas” con diosas y dioses de todas las épocas y culturas, como el abeto, pues entre sus ramas nació El, un dios fenicio, además de ser el árbol sagrado de Artemisa, diosa griega del parto.

Aquí, tan sólo una pequeña muestra de la biodiversidad botánica de Parque Fidiana: