A nuestras vecinas y vecinos, a quienes nos representan en las instituciones locales, provinciales, autonómicas y estatales. A los partidos y sindicatos. A las iglesias. A los medios de comunicación, empresas, comerciantes, agricultores y agricultoras, activistas locales. A la comunidad educativa, a la comunidad sanitaria y sociosanitaria. A la comunidad universitaria y a la investigadora, mundo de la cultura, de las artes, del deporte.

NO PODEMOS EVITAR EL CAMBIO CLIMÁTICO, PERO PODEMOS MANTENERLO BAJO CONTROL.

Efectivamente, ya no podemos evitar el Cambio Climático. La temperatura media del planeta se ha incrementado en 1 ºC desde la época preindustrial (1850).

Este incremento ya se está notando y de manera muy notable, sobre todo en nuestras latitudes: en la Península Ibérica, por razones geográficas, el incremento ha sido de 1,5 ºC. En el valle del Guadalquivir ha sido mayor, y en la ciudad de Córdoba, los registros en verano se han disparado.

La comunidad científica internacional viene advirtiendo de esta situación desde hace más de 40 años, pero los gobiernos y las instituciones internacionales han evitado comprometerse con el clima, pues esto supone restringir los intereses de las grandes corporaciones de las energías fósiles.

Ante una situación tan preocupante surgen multitud de iniciativas que pretenden sumar las reivindicaciones locales a las grandes movilizaciones planetarias. En Córdoba ha surgido el movimiento de Barrios por el Clima, abierto a la participación de las organizaciones sociales presentes en los barrios -Ampas, de mujeres, juveniles, culturales, de mayores, vecinales, etc- que está trabajando en una doble línea.

Por un lado somos conscientes de que la emergencia climática solo se resolverá si somos capaces de eliminar de nuestro modelo económico a los combustibles fósiles. En este sentido trabajamos en sensibilización y concienciación vecinal para que todas las personas y las familias demos pasos decididos hacia la descarbonización de nuestras vidas y aprendamos a reivindicar a los poderes públicos la adopción de medidas decididas y valientes en este mismo sentido.

Por otro lado somos conscientes de que un cierto incremento de temperaturas en nuestros barrios y ciudades es inevitable, pero se pueden poner en marcha medidas de adaptación que nos permitan que, dentro de un plazo razonable, que podemos fijar en 20 años, nuestros barrios y ciudades puedan soportar mejor las altas temperaturas.

Pero para llegar en las mejores condiciones posibles al año 2050, año que desde muchas instancias científicas e internacionales se está fijando como límite para quemar combustibles fósiles, hace falta que todos y todas vayamos de la mano y que desde todas las instancias políticas y sociales se haga un esfuerzo de comunicación que permita que el conjunto de la ciudadanía conozca el problema, sea consciente de sus causas, de sus efectos y de cuales son las soluciones. Una de ellas, positiva, concreta y posible es la plantación sistemática de arbolado en nuestra ciudad de manera que se alcance la cifra total de 15.000 ejemplares plantados al final de este mandato.

El camino no va a ser fácil, va a exigir grandes esfuerzos para que la crudeza de las decisiones energéticas que hay que tomar no repercuta solamente en las clases populares más vulnerables. Hay que hacer un gran esfuerzo, esto necesariamente generará fuertes tensiones sociales, pero podremos llegar a buen puerto si ese esfuerzo se reparte de forma proporcional entre toda la población de manera que los grupos sociales que están en mejores condiciones económicas hagan una mayor aportación.

Desde los barrios apostamos por un modelo de sociedad equitativo y sin combustibles fósiles y nos comprometemos firmemente a luchar para que este objetivo se cumpla. El tiempo se nos acaba, hay que empezar a caminar con firmeza hacia ese nuevo modelo en el que la vida en todas sus expresiones se ponga en el centro de todas las políticas, y los intereses puramente mercantiles de las grandes empresas se pongan en un segundo plano y éstas se vean obligadas a operar al servicio de la Humanidad en su conjunto, al servicio de la Naturaleza, pues en definitiva, somos parte de ella. En este sentido, seguimos exigiendo que no se permita la incineración de residuos en el interior del casco urbano

Digámoslo bien claro: no somos defensoras ni defensores de la Naturaleza, somos la Naturaleza que se defiende, formamos parte de ella y tenemos como objetivo salir de esta enorme crisis con el menor coste posible para cualquier forma de vida. Porque no hay alternativa: NO EXISTE UN PLANETA B.

En Córdoba, a 18 de octubre de 2019